Atrás,
No vengas a decirme cuanto cuesta una vida.
Un sueldo para toda la vida,
sanidad por el subsuelo,
recortes de la dignidad.
Atrás,
No vengas a decirme "ya te llamaremos",
para arrastrar mi orgullo por la mierda del suelo,
y destrozar todos mis sueños,
porque esta vez no te voy a llamar yo.
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